21 Diciembre, 2020.-
Hasta hace un par de años yo era uno de los que creía que el jaleo por los cafés geisha sería pasajero. Pensaba que las regiones cafetaleras del mundo terminarían concentrándose en mejorar procesos y respetar y hacer crecer aquellos cafés por las cuales eran conocidas; por ejemplo, incluso ahora cuando pienso en Catuaí volteo a Costa Rica; Pacarama me sabe a Guatemala; Typica, Bourbon y Caturra suelen representar más a México y, por supuesto, los geishas vienen de Panamá (aunque su origen es Etiopía), entre otros. Hoy puedo decir con certeza: me equivoqué.
A finales de junio de 2020, la competencia de Taza de Excelencia (Cup of Excellence) en Guatemala presentó como ganadores del primer lugar (91.06 puntos) y segundo lugar (89.69 puntos) a un café de varietal geisha (o gesha). En primer premio lo ganó un lavado y el segundo puesto lo ocupó uno de proceso natural. La preferencia del jurado por los geishas de Guatemala quedó demostrada si analizamos el resto de la tabla. En los primeros diez lugares, aparecen siete monovarietales geisha y uno más que forma parte de un blend. En 2019 estos varietales ya empezaban a despuntar en la misma competencia de Guatemala ocupando el tercero y cuarto lugar.
En México también ganan los geishas. El certamen Taza de Excelencia del 2019 México premió en primer lugar a un geisha de Chiapas con 93 puntos (este 2020 la competencia se suspendió por la cuarentena derivada de la pandemia).
Durante varios años los productores de café arábica vienen padeciendo una tragedia en los precios que se pagan por sus cafés derivados de algún algoritmo especulador en la Bolsa de Valores de Nueva York (NYSE) que pocos entienden. Los geishas representan el sueño de todo productor y muchos se han volcado a sembrar este varietal esperando similares resultados.
Un geisha natural de Panamá poseía el récord de precio pagado por un café verde a nivel mundial ($803 dólares americanos por libra) como resultado de la competencia Best of Panamá 2019 (un certamen distinto a Taza de Excelencia organizado por productores panameños). Este café, cultivado en la finca Elida Estate, alcanzó una hoja de calificación récord de 98 puntos por parte de un juez. La familia Lamastus, propietaria de estos varietales han marcado récords cada año con sus cafés exóticos, tanto en mesas de catación como en subastas.
Apenas un año después, ya en 2020, el campeón de Best of Panama fue un lote de apenas 100 libras de geisha lavado de la finca Sophia de Willem J. Boot y Ellen Russell que alcanzó nuevo récord de subasta de 1,300.50 dólares por libra. Este varietal no parece tener límites.
Es cierto que las competencias no reflejan la totalidad de la producción de un país, pero pueden dar una idea de la inclinación del mercado hacia ciertos perfiles y de la adaptación de este varietal -originario de Etiopía- al clima y las latitudes de Centroamérica.
El geisha es un varietal de bajo rendimiento, esto lo hace más apetecido porque se trata de nano lotes.
He tenido oportunidad de degustar en una mesa de cata algunos geishas panameños, los de Colombia (también ya se pueden ver con más frecuencia en el valle del Cauca) y los de México. Cada uno tiene características propias pero, en general, arroja un perfil distinto a los sabores que hemos estado acostumbrados en México y Centroamérica que por años han producido cafés con cuerpo, más dulces y achocolatados.
Geisha tiene un perfil sutil, con un persistente aroma a jazmín – que lo acompaña desde la fragancia hasta el final de la taza- y con una acidez brillante y delicada muy difícil de describir en palabras. Bien cuidado durante la cosecha y procesado adecuadamente puede resultar en algo más parecido a un té asiático que a un café. Los panameños coinciden que esta característica ha hecho que sea el varietal preferido de los compradores asiáticos que pujan en la subasta.